lunes, 23 de julio de 2007

Changó es su dios


La Santería se hace cada vez más popular entre los peloteros.
Un puñado de venezolanos en las mayores son los más fervorosos de esta culto afrocaribeño.
(Caracas.-) Actualmente entre los jugadores de béisbol, y especialmente los latinos, existe un culto espiritista que va más allá de la simple superstición que los atletas profesionales poseen por naturaleza, a la cual se le conoce como Santería.
El usar los mismos guantines en medio de una buena racha ofensiva, el persignarse antes de ir al cajón de bateo o el bricar la raya de cal al salir o entrar al terreno, ya no son la primera opción para tener una buena carrera en la pelota. Ahora se recurre a fuerzas divinas.
Oswaldo Guillén, manager de los Medias Blancas de Chicago, es uno de los principales exponentes que ha hecho pública su práctica de esta creencia. Junto al mirandino, quien es un babalao o cura de más alto rango, también hay otros astros de la talla de Miguel Cabrera, Francisco Rodríguez, Ronny Cedeño, Alex González, quien al anotar la carrera del triunfo para los Leones del Caracas en la Serie del Caribe 2006 agradeció a Changó, rey de la religión Yoruba y uno de los Orishas más populares dentro del panteón de este culto. De este puñado de criollos, casi todos han conseguido ganar títulos campeoniles y ser partícipes de Juegos de Estrellas.
"Si ves mis santos seguro dirás: 'Dios, son feos?'", expresó el timonel de los patiblancos al diario Sun Sentinel, cuando se le preguntó acerca de los dioses que adornaban su oficina. "Lo míos tienen sangre y plumas. Si vas a la Iglesia Católica, te encontrarás con unos que están bien vestidos, pero con estos verás cosas que jamás has visto", agregó.
Sin embargo, ¿qué puede haber llevado a estos jugadores que devengan altos salarios a abrazar esta fe de origen africano? Muchos hablan de paz espiritual, como el principal beneficio.
"Esto es algo hermoso, mágico", señaló José Contreras, lanzador de los Medias Blancas, quien también es practicante. "No sólo me trae paz y estabilidad espiritual, sino muchas otras cosas".
Rodríguez, el cerrador de Los Angelinos de Los Ángeles, señala que no es una moda esta práctica y que no debe ser usada como beneficio dentro del terreno.
"Uno no está tratando de hacer esto para ayudarse dentro del campo", dijo el tirador, quien acostumbra a agradecer a los dioses apuntando al cielo luego de cada salvado. "Lo he hecho por un buen tiempo y me gusta, no es una moda. También soy católico porque considero que nada de esto sería posible sin la ayuda de Dios". Guillén añade: "Algunos piensan que con ser creyentes de una religión va a poder batear o ganar juegos. Eso no es así. Pienso que el ser creyente, no importa en qué, es para tener paz y estabilidad emocional.

El culto va por dentro
Pero no todos los peloteros son tan abiertos a hablar de ese culto por temor a reprimendas sociales. En Estados Unidos, donde convergen diversas religiones a parte de la Católica, la práctica de la Santería está asociada al satanismo y al uso del vudú.
"Es como la fruta prohibida. Es por eso que muchos prefieren guardarse el tema como algo muy personal. De eso no se habla", destacó al rotativo un jugador que prefirió el anonimato.

Culto oculto
Miguel Cabrera es uno de esos ejemplos de reserva a la hora de hablar del tema. El antesalista de los Marlins no comenta al respecto con reporteros norteamericanos. "Es asunto mío, ¿para qué quieres saberlo?", dijo el maracayero, que posee un cetro de cuatro pies de alto y algunas estatuillas dentro del locker del clubhouse.
Con los cronistas latinos el criollo es más abierto. "Me ha influenciado mucho. Me trae paz y estabilidad a mí y a los míos. Me siento a gusto siendo babalao y perteneciendo a esta religión". Guillén explica el rechazo para hablar del tema. "Cuando hablas de esto en Estados Unidos, creen que eres un monstruo. La gente cree que soy un criminal por lo que hacemos a los animales".

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